Ir al contenido principal

NAIKAN: Gratitud, gracia y el arte japonés de la introspección

Ediciones MENSAJERO acaba de publicar mi traducción de "NAIKAN", de Gregg Krech, una propuesta de autoexamen según las pautas de una de las corrientes de psicología japonesa más prometedoras de la actualidad.

No cabe duda de que los humanos somos lectores de nuestras propias circunstancias vitales y, de acuerdo con la lectura que hacemos de nuestra realidad existencial, nos convertimos en artífices de nuestro propio comportamiento.

Pues bien, Naikan propone una lectura ampliada tanto de nuestro guión vital como de los escenarios que configuran el paisaje de nuestra historia personal abriéndonos a un panorama de gratitud, interconexión y compromiso que resulta tan enriquecedor como realista.

Alguien dijo o escribió que, como el sol, las civilizaciones surgen por el este y se desplazan hacia poniente. Históricamente, en el ámbito económico y político, tal principio se ha cumplido con sorprendente exactitud. También en el terreno de la psicología, tras la cesión del relevo por parte de las teorías psicodinámicas europeas a los planteamientos conductistas americanos, parece ahora que un nuevo esplendor psicológico asoma por oriente. En los próximos tiempos vamos a oír hablar  de Psicología Japonesa: Naikan (introspección) y Kaizen (acción) son consideraciones frescas, libres de todo lastre ideológico, sobre el quehacer humano que, en su asepsia ideológica, ofrecen un espíritu nuevo de "gracia" y espiritualidad laica del que los practicantes de la psicología práctica estábamos necesitados.

Como se anuncia en el prólogo, "el Naikan parece japonés, pero está firmemente asentado en la realidad y la naturaleza fundamental de la condición humana. Parece superficial, pero es capaz de despojarnos de capas de nosotros mismos para revelar realidades previamente ocultas [...] Detente. Encuentra un espacio. Reflexiona en silencio sobre tu vida. Mira lo que puedes encontrar y lo que puedes aprender. Vale la pena perseguir el estudio de la realidad. Y el Naikan es un método de investigación que vale la pena investigar"



Comentarios

Entradas populares de este blog

TE VAS HACIENDO MAYOR (aunque no lo quieras ver)

  En realidad, envejecemos desde que nacemos. Desde la primera bocanada de aire.  ¿Ese aire "puro, vivificante", al que siempre se recurre para las sesiones de meditación y relajación?  Sí, ese, ese mismo. Ese aire pleno de oxígeno que nos oxida lentamente. Pero el aire nos infunde vida... Y nos acerca a la muerte, que también forma parte de la naturaleza. ¿O es que no has oído hablar del YIN y el YANG, el principio de la eterna transformación por el que se rige el universo? Nada existe sin su complemento, que está dentro de sí mismo. Nada existe en estado de quietud. Me dejas de piedra. Las piedras tal vez sean los objetos materiales que cambian más lentamente. Pero en ellas también se cumplen las leyes del YIN y el YANG. ¿De dónde crees que procede la fina arena de las playas? ¿Y la sal diluida en el agua del mar? Entonces, no me queda más remedio que aceptar que me voy haciendo viejo... Es una manera de verlo. Pero yo te invitaría a que, mejor que "aceptarlo", ap

SELFIE O AUTORETRATO AL ÓLEO?

     París, preparándose para las olimpiadas de 2024: Obras, andamios, redes protectoras, polvo... Imposible acercarse a Nôtre Dame: las obras van a toda marcha para que pueda volver a lucir su nueva aguja para los juegos olímpicos. No importa; nos hacemos un selfi para justificar que hemos estado allí, y a otra cosa.      A lo lejos, la torre Eiffel. No hay tiempo para acercarse a ella ni -mucho menos- para subir a contemplar el paisaje desde lo alto. Es igual; un selfi con la torre al fondo dará fe de que hemos cumplido con el ritual de posar delante del monumento.      ¿Para qué vamos a explicar el selfi del Sacré-Coeur, el de los bouquinistes, el de Montmartre o el de los demás lugares emblemáticos de París? (Respecto al Louvre, ya ni soñamos con entrar: demasiado larga la espera; demasiado tiempo la visita; un selfi delante de la pirámide de cristal, y a otra cosa).       Hemos "visto" París; pero no hemos "vivido" París. Nos hemos hecho el selfi delante  de la

ALGORITMO PARANOIDE DE PRIVACIDAD

  No era altruismo ni ayuda desinteresada. La verdad es que siempre me había escamado un poco todo ese aluvión de servicios gratuitos que “La Red” parecía estar “regalándome” para facilitarme la vida. Al principio, fueron pequeños detalles que podían parecer coincidencias oportunas -demasiado oportunas, ciertamente- respecto a la satisfacción de mis demandas: Cuando yo buscaba información sobre un libro en Internet, inmediatamente empezaban a aparecer anuncios de libros relacionados con la temática o el autor de mi interés, lo que, en principio, me sorprendía y hasta me hacía gracia. Pronto, la pauta se extendió a todo tipo de artículos, productos o servicios, desde cremas de afeitar hasta vehículos nuevos o de segunda mano, pasando por especialistas en medicina o arreglos caseros. Más tarde, cuando instalé en mi teléfono móvil una aplicación para monitorizar mis paseos cotidianos con el fin de mantenerme en forma, me encontré con todo tipo de informes sobre kilómetros recorridos, tiem