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Mostrando entradas de 2015

CAJAS VACÍAS

No le sorprendió el silencio de la casa, ni la ausencia de regalos junto a sus zapatos tan cuidadosamente lustrados la noche anterior, ni la leche intacta en los tres vasos que, por si acaso, había dejado sobre la mesa para Sus Majestades de Oriente. La verdad era que, por más obedientes que hubieran sido a lo largo del año él y sus hermanos, los Reyes Magos jamás se pasaban por su casa para dejarles el menor reconocimiento a su buena conducta. Pero él, cada año, persistía en su ritual de los zapatos limpios  y los tres vasos de leche para que los anhelados visitantes recuperaran fuerzas antes de continuar con su ardua tarea de reparto. Del cuarto contiguo le llegaron los estruendosos ronquidos de sus padres. Sus hermanos pequeños seguían aún durmiendo. Se vistió en silencio y se calzó los lustrosos zapatos. Repartió la leche en dos vasos más para que todos tuvieran algo que desayunar cuando se despertaran y, sin hacer ruido, salió a la calle, a "disfrutar" de otro

ORDENAR LA CASA

El joven Ohrim depositó cuidadosamente a los pies del viejo maestro los donativos que había recogido en el pueblo: víveres, algo de ropa, bastantes desaires y mucho desprecio. Una a una fue sacando de su bolsa las dádivas recibidas mientras les rendía el homenaje de agradecimiento que se merecían. Aquella tarde, sin embargo, la mente del joven aprendiz parecía navegar por aguas bien distintas a las de la gratitud y el maestro no se resistió a explorar las sombras que oscurecían la luz del reconocimiento que, de ordinario, iluminaba el rostro del muchacho al regreso de sus expediciones mendicantes. - ¿En qué tinieblas traes hoy envueltos los obsequios que has traído del pueblo? - Maestro... -el joven novicio parecía revivir en todo detalle una escena reciente- hoy he visto algo en el pueblo que me ha dado que pensar... - ¿Una linda joven tal vez? -al viejo maestro le gustaba poner en aprietos a su discípulo-. - No, no, maestro. Un hombre. Un hombre en el parque.

NAIKAN: Gratitud, gracia y el arte japonés de la introspección

Ediciones MENSAJERO acaba de publicar mi traducción de "NAIKAN", de Gregg Krech, una propuesta de autoexamen según las pautas de una de las corrientes de psicología japonesa más prometedoras de la actualidad. No cabe duda de que los humanos somos lectores de nuestras propias circunstancias vitales y, de acuerdo con la lectura que hacemos de nuestra realidad existencial, nos convertimos en artífices de nuestro propio comportamiento. Pues bien, Naikan propone una lectura ampliada tanto de nuestro guión vital como de los escenarios que configuran el paisaje de nuestra historia personal abriéndonos a un panorama de gratitud, interconexión y compromiso que resulta tan enriquecedor como realista. Alguien dijo o escribió que, como el sol, las civilizaciones surgen por el este y se desplazan hacia poniente. Históricamente, en el ámbito económico y político, tal principio se ha cumplido con sorprendente exactitud. También en el terreno de la psicología, tras la cesión d

LA HISTORIA INACABADA

Seguramente se trataría de un detalle de la empresa. Ya le parecía a él que no era posible que lo hubieran despachado así, sin más, en silencio y por la puerta trasera, después de treinta y cinco años de leales servicios. Cierto que los tiempos no estaban para grandes dispendios -si lo sabría él que les había llevado la contabilidad durante toda su vida laboral- pero una mínima atención, un agradecimiento por los servicios prestados, era lo menos que se podía esperar. El paquete no era demasiado voluminoso pero tampoco tan reducido como para aventurar que se trataría del reloj. El reloj chapado en oro, con el nombre del empleado que se jubilaba grabado en la caja; el regalo que él mismo, como contable, se había encargado de comprar tantas veces, tantas como viejos compañeros habían alcanzado el retiro antes que él... Se estremeció con la idea: primero, venía la comida de jubilación, el reloj a los postres, unas palabras emocionadas, unos abrazos con sonoras palmadas en la es

HACER QUE SE HACE

La época de la recolección se acercaba. Gracias a Dios, aquel había sido un buen año, de lluvias escasas pero bien distribuidas, de sol cálido pero no abrasador, de oraciones escuchadas o, tal vez, sólo de meteorología favorable. La mies ondeaba en los campos como un mar maduro de tonos dorados, aguardando la zambullida de los segadores, aquella fiesta de la cosecha que llenaría los graneros de las gotas de sol que harían el invierno más llevadero. Las guadañas a punto, las hoces afiladas y el ánimo impaciente por hacer acopio de aquel tesoro, todos los vecinos se iban allegando a sus campos respectivos para dar comienzo al ritual de cada año, entre cantos, sudores, bromas, amoríos y tragos de vino viejo. Bueno, casi todos los vecinos.  Como cada año, el hombre aguardaba a ver el mar dorado de las espigas bien granadas para comenzar sus peculiares preparativos para la siega. - Vecino -le preguntaba alguno al pasar, camino de la faena, por delante de su puerta-, ¿

TURBULENCIAS

El vuelo había ido como la seda... hasta aquel momento. El psicoanalista le había recomendado la escapada y en la agencia de viajes le habían señalado aquel destino como especialmente apropiado para una cura de estrés: Sicilia no estaba tan explotada como otras regiones de Italia y los paisajes eran encantadores. Especialmente en Lampedusa y su pequeño satélite, l'Isola dei Conigli.  Y, en efecto, la vista desde el avión resultaba de lo más prometedor: mar azul cristalino, cielo limpio, arena blanca... La mejor playa del mundo, según la web turística que había consultado antes de decidirse por ese destino. Justo lo que necesitaba para la cura de estrés que proyectaba realizar en los próximos días Pero todo se desestabilizó en cuanto desplegó el periódico para tranquilizar los nervios del aterrizaje. No era que el avión empezara con esos alarmantes bamboleos, como de bajar a trompicones unas escaleras, que se deben a las condiciones meteorológicas, no; el tiempo seguía en

LA HIPÓTESIS

Enfundado en su escafandra, el periodista pisó el suelo lunar y contempló la huella petrificada que servía de bienvenida a los viajeros espaciales. Inmediatamente, le vino a la cabeza la lección de historia de la escuela: "un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad..." Aquello ya casi era prehistoria. El sueño inicial de la carrera espacial de los años ochenta del siglo XX se había convertido ahora en una maldición. El entorno lunar resultaba demasiado hostil para el asentamiento de colonias estables y, en la actualidad, sólo se utilizaba como el gran penal de la Tierra, la nueva Australia, para los delincuentes más peligrosos. Al viejo profesor, por la gravedad de su delito, bien podían haberlo sentenciado a hibernación perpetua; no obstante, dado el prestigio del científico, el tribunal había decidido imponerle sólo la pena de destierro lunar; de ese modo, decían, podría rehacer su vida en algún momento y continuar adelante con sus investigaciones

EL IMPACTO VERDADERO

El sol se asomó sobre la cumbre de las montañas para contemplar su propio esplendor en el espejo terso de la laguna que teñía sus aguas con los matices rosados del amanecer. El viento aún no se había despertado para rizar las tranquilas aguas y, en torno a la orilla, el silencio de la noche se demoraba para espiar a los colores de la mañana. El joven Ohrim se acercó al borde de la laguna para llenarse de la paz y el sosiego que transmitía aquel rincón de la naturaleza del que él mismo formaba parte. Al borde del agua, en la postura del loto, se situó frente al sol naciente que comenzaba a extender sus rayos sobre el borde opuesto de la laguna y trató de hacer el vacío en su mente para hacerse uno con el agua, con el sol, con el silencio. Y así permaneció algún tiempo hasta que oyó la voz de su maestro que se ocupaba de encender el fuego para preparar el desayudo para ambos. - Un hermoso día, ciertamente. Demasiado hermoso para desperdiciarlo... El joven, sorprendido, se

Terapia Centrada en la COMPASIÓN

La Editorial DDB acaba de sacar un nuevo título en su "Biblioteca de Psicología", que apunta hacia una interesante consideración, más  humanizada, de la relación terapéutica. Se trata de: "Terapia Centrada en la COMPASIÓN. Características distintivas". Es una obra dirigida a profesionales de la Psicología, de fácil lectura y que he tenido el placer de traducir. Las Terapias Cognitivo-Conductuales han ido trasladando su centro de interés desde el comportamiento observable a los contenidos mentales -ideas y creencias- como fuente de emociones y comportamientos, hasta penetrar en las raíces más profundas de la motivación personal que se nutre de los VALORES. Y es en este punto  de florecimiento de las "Terapias de tercera generación" que Paul Gilbert formula la TERAPIA CENTRADA EN LA COMPASIÓN (CFT). Si tuviéramos que sintetizar brevemente la aportación de la CFT no dudaríamos en señalar su énfasis en la dimensión social del ser humano -que, curios