Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2020

EXTRAORDINARIAMENTE "NORMAL"

  ¿Te has parado a contemplar algo nuevo hoy, o ha sido otro día rutinario? ¿Has visto amanecer esta mañana, o estabas demasiado ocupado planificando tu jornada? ¿Has escuchado a los tuyos antes de que cada cual partiera hacia sus propias ocupaciones, o estabas tan metido en ti mismo que nada, fuera de ti, te importaba? ¿Has identificado rostros conocidos detrás de las mascarillas mientras te dirigías a tus quehaceres habituales, o usabas tu propia mascarilla como parapeto frente a los demás? Efectivamente, vivimos en una época incierta. No disponíamos de claves para hacer frente a la pandemia que nos ha tocado vivir. Estamos rodeados de confusión y desconcierto; nos faltan directrices claras para hacer lo correcto y tenemos la sensación de haber perdido el control de lo que pasa. Pero no está ocurriendo nada “extraordinario”: A veces, el caos, el dolor, la enfermedad y la muerte dan un aldabonazo de cruda realidad en nuestra vida. En esos momentos -y no en los momentos “glorio

A CONTRAPELO

  En épocas de confusión y desánimo como esta que ahora atravesamos, a veces, tratamos de consolarnos con la idea de que las crisis entrañan crecimiento. Y eso es verdad, pero con un pequeño matiz: no son las crisis lo que nos hace madurar; es el modo en que afrontamos esas crisis lo que nos lleva a ser más maduros o más indefensos. Y para alcanzar esa madurez de los tiempos difíciles es conveniente disponer de recursos eficaces para desarrollar un sano protagonismo vital que nos devuelva la capacidad de iniciativa y el sentido de sana responsabilidad.   Frente al desmoronamiento o la abulia, frente a la pasividad y el “dejarse llevar”, siempre podemos recurrir a la pregunta clave del VIVIR CONSTRUCTIVO - “¿qué es lo que tengo que hacer?”- como un activador mental de nuestra propia creatividad para superar los sentimientos de impotencia e indefensión que en esos momentos críticos amenazan con succionarnos hacia el abandono y la renuncia a nuestros propósitos vitales. ¿Qué es lo