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Mostrando entradas de diciembre, 2015

CAJAS VACÍAS

No le sorprendió el silencio de la casa, ni la ausencia de regalos junto a sus zapatos tan cuidadosamente lustrados la noche anterior, ni la leche intacta en los tres vasos que, por si acaso, había dejado sobre la mesa para Sus Majestades de Oriente. La verdad era que, por más obedientes que hubieran sido a lo largo del año él y sus hermanos, los Reyes Magos jamás se pasaban por su casa para dejarles el menor reconocimiento a su buena conducta. Pero él, cada año, persistía en su ritual de los zapatos limpios  y los tres vasos de leche para que los anhelados visitantes recuperaran fuerzas antes de continuar con su ardua tarea de reparto. Del cuarto contiguo le llegaron los estruendosos ronquidos de sus padres. Sus hermanos pequeños seguían aún durmiendo. Se vistió en silencio y se calzó los lustrosos zapatos. Repartió la leche en dos vasos más para que todos tuvieran algo que desayunar cuando se despertaran y, sin hacer ruido, salió a la calle, a "disfrutar" de otro