Un año más, y los viejos propósitos sin cumplir: no hemos perseverado en nuestro programa de acondicionamiento físico; sólo hemos asistido un par de semanas a clase de inglés; hemos ganado algo de peso, y seguimos tan atrapados por las viejas rutinas como los años anteriores...
Y ya llevamos vivido un cuarto de siglo de esta nueva centuria.
¿Será que somos incapaces de cambiar? ¿Nos falta voluntad o nos sobra "talla" en nuestra formulación de propósitos?
Tal vez el problema no radique en nosotros, sino en el método empleado. Este "YO" que ahora somos no apareció de la noche a la mañana. Se ha ido construyendo a lo largo de los años, desde la infancia, y ahora somos un bloque compacto de hábitos y rutinas, una especie de ordenador programado que cumple fielmente las instrucciones que hemos incorporado a lo largo del camino.
Pero cambiar no consiste en anular ese programa y comenzar de cero, sino en introducir pequeñas mejoras que conduzcan a nuevas formas de vida más amenas, más ricas y satisfactorias.
La propuesta es sencilla: elegir doce pequeños propósitos y dedicar un mes completo a cada uno de ellos, concentrando ahí la atención y el esfuerzo: En enero, un solo cambio. En febrero, con ese primer hábito ya en marcha, introducir un segundo. Y así sucesivamente.
De este modo, al finalizar el año no habremos hecho grandes gestas, pero sí algo mucho más eficaz: habremos cambiado nuestra manera cotidiana de vivir.
Seremos, entonces... una persona RENOVADA.
Te dejo 12 propuestas a modo de ejemplo. Tú puedes redactar las tuyas propias y ordenarlas según la dificultad que estimes para cada una. Conviene empezar por lo más sencillo: la confianza también se entrena.
Mis doce propuestas:
1. Ser el programador de tu día a día
Elegir conscientemente qué actividades vas a realizar, qué programas de TV vas a ver, qué lugares vas a visitar...
2. Marcar un objetivo concreto para cada tarea
Tiempo de dedicación, extensión del trabajo, primer paso a dar...
3. Asumir un compromiso fijo
Una tarea doméstica bajo tu responsabilidad exclusiva.
4. Cuidar un pequeño espacio
Un rincón de la casa, una planta, el jardín...
5. Reservarte un momento de silencio
Basta unos minutos; no es necesaria una larga "meditación".
6. Incrementar el contacto con la naturaleza
Jardines, parques, bosques, playa, montaña...
7. Dedicar atención a tu cuerpo
Ejercicio moderado, alimentación consciente, descanso suficiente...
8. Cultivar una relación
Escuchar mejor, estar mas presente, agradecer los detalles...
9. Aprender algo nuevo por gusto
Leer sobre un tema desconocido, aprender una palabra en otra lengua, iniciarse en una actividad manual o artística...
10. Ordenar y soltar
Desprenderte de lo innecesario: objetos, papeles, compromisos que ya no tienen sentido...
11. Practicar la gratitud de forma concreta
Reconocer lo recibido y verbalizar el agradecimiento.
12. Revisar periódicamente el camino recorrido
No para juzgarte, sino para darte cuenta de la persona nueva en la que te estás convirtiendo.
La vida no es una meta que alcanzar, sino un camino que se recorre por etapas.
Lo verdaderamente transformador no es el "llegar", sino aprender mientras se camina.
Felices fiestas y venturosos años nuevos.
Comentarios
Publicar un comentario