Ir al contenido principal

Microrrelatos del Vivir Constructivo: MENTALIDAD FIJA Y MENTALIDAD DE CRECIMIENTO



“Con talento, se nace o no se nace”. “A mí no se me dan bien las manualidades”. “Lo mío no es la cocina”… Estas son algunas frases corrientes, de carácter negativo, que marcan límites precisos. Son como señales de STOP que impiden el desarrollo personal. Y, lo malo, es que están tan integradas en la cultura popular que se tienen como verdades absolutas que nadie se atreve a cuestionar.

Son una muestra de lo que se llama “mentalidad fija”; un conjunto de meras creencias que, al no ponerse a prueba, limitan nuestras posibilidades impidiéndonos adquirir nuevas habilidades o conocimientos nuevos.

Es algo parecido a cuando la gente se creía que la Tierra era plana o que el sol giraba en torno a la Tierra.

Pero existe también una “mentalidad de crecimiento” que abre nuevas posibilidades, invita a explorar alternativas, acepta los contratiempos como lecciones de experiencia y nos lleva a desarrollarnos continuamente.

La mentalidad de crecimiento, en lugar de mirar con temor al propio historial de fracasos, nos invita a mirar con confianza hacia fuera, hacia las posibilidades que nos ofrecen los demás y nuestras circunstancias.
La mentalidad de crecimiento se mueve con el combustible de planteamientos tales como: “¿De qué otra manera puedo intentarlo?”, “¿qué necesito aprender para hacer esto?”, “¿a quién le puedo pedir consejo?”, “¿cómo puedo mejorarlo?”

Con mentalidad de crecimiento, Colón descubrió América, Edison inventó la lámpara incandescente, Jenner elaboró la vacuna de la viruela, los actores con discapacidad de “Campeones” nos regalaron una gran película y un montón de mentalidades de crecimiento anónimas nos han proporcionado los ordenadores, Internet y los teléfonos móviles.

Por eso, no digas nunca más: “yo no soy capaz de…” Lánzate a conquistar territorios nuevos.



Comentarios

Entradas populares de este blog

CÍRCULOS VICIOSOS DE LA INACCIÓN

  Mira este diagrama. Es mi felicitación de Navidad. Es una reflexión sobre bloqueos mentales y renuncias a llevar a cabo tareas y proyectos. Hay muchas cosas que no sé hacer.  Pero estoy aprendido a hacer algunas. Hay faenas que me llevan mucho tiempo. Otras no acaban de salirme bien y tengo que repetirlas.  Algunas me desesperan. A veces, me dan ganas de dejarlo todo y dedicarme sólo a lo que ya sé hacer. Pero eso sería limitar mi creatividad a un puñado de actividades. Entonces, recuerdo cuando era niño y no sabía atarme los zapatos. O cuando, al escribir, confundía la b con la d y la p con la q, o hacía el 5 con la barriga al revés. Con el tiempo, aprendí a hacer nudos marineros y también conseguí escribir algunas cosas publicables.  Por eso, cuando me enfrento a algo que no acaba de salirme bien, me acuerdo del diagrama del CÍRCULO VICIOSO DE LA INACCIÓN y me esfuerzo en romperlo. Ya se sabe: al principio, uno no sabe que no sabe; es la INCOMPETENCIA INCONSCIENT...

LA MOCHILA DEL PENSADOR (Cuento filosófico de Año Nuevo)

  ¿Quién eres? ¿Quién soy? ¿Quiénes somos? Sí. Todos tenemos nuestra identificación legal, estamos censados en alguna parte, Hacienda controla nuestras cuentas y "la nube" parece saber otras muchas cosas de nosotros; de nuestras correrías, nuestras peripecias y nuestras andanzas.  ¡Pues parece que estamos perfectamente identificados! Pero bueno, todos esos datos (nombre, domicilio, profesión, ingresos, filias, fobias, aficiones, planes, deseos, recuerdos, etc.) no son "nosotros". Ni siquiera el Dr. Frankenstein ensamblando todo ese entramado de detalles y vivencias conseguiría articular el "YO" que, esencialmente, somos. Porque todas esas cosas -y muchas más- sólo son nuestra tarjeta de visita, la fachada con la que nos presentamos a los demás (¡y hasta a nosotros mismos!). Pero no son la "esencia" de nuestro "YO". Pues, a lo mejor, eso es porque, en realidad no hay tal cosa como una "esencia del YO". O, tal vez, lo que ocurre...

🌕 La luna, el dedo y el espejismo de la felicidad

  Hay una antigua sentencia que ha viajado a través del tiempo y las culturas, y que sigue muy presente —y muy poco atendida— en la marea de publicaciones sobre “la búsqueda de la felicidad”. El sabio señala la luna, pero el necio se queda mirando el dedo. Una frase sencilla, de apariencia casi inocente, pero que encierra una advertencia tan oportuna como necesaria en nuestra época: no confundir el medio con el fin, lo accesorio con lo esencial, el camino con el destino . 📚 La galaxia del bienestar… ¿o del entretenimiento? En el vasto universo del desarrollo personal —libros, cursos, gurús, métodos, talleres— esta advertencia cobra especial relevancia. Nunca como ahora se ha hablado tanto de felicidad , autorrealización , paz interior o autenticidad . Y sin embargo, pocas veces hemos estado tan perdidos , tan dispersos o tan sedientos de algo que no logramos encontrar . Estamos rodeados de técnicas: Ejercicios de respiración Meditaciones guiadas Afirmaciones positi...