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FUENTES ALTERNATIVAS DE APRENDIZAJES VITALES















Una discusión acalorada. Cada uno de los dos contendientes está convencido de su verdad. No son malas personas; sólo tienen creencias diferentes y defienden los valores que ellos asocian a esas creencias.

Un árbitro imparcial, un mediador, sin intereses personales en la polémica tal vez sería capaz de escuchar desapasionadamente los argumentos del uno y del otro y ayudar a ambas partes a reconocer sus propios prejuicios y a entender los argumentos del otro.

Pero, en la vida diaria -el coche que se salta el semáforo y nos obliga a dar un frenazo (tal vez iba a atender alguna urgencia vital), el vecino que se queja de las molestias que le causa nuestro perro (él no entiende que los ladridos son la manera que tiene de comunicarse el animal), etc.- no siempre disponemos de un negociador que nos ayude a compaginar las demandas del otro con nuestras propias necesidades.

Por eso, antes de lanzarnos a la gresca, mejor que contar hasta 100, una buena idea consiste en esforzarse en ESCUCHAR a la otra persona.

Escucharla activamente; buscando la verdad en las opiniones que difieren de las nuestras, valorando objetivamente las objeciones y las críticas que se nos formulan y aprendiendo de ellas para nuestra mejora personal.

No va a ser fácil ese esfuerzo de objetividad y desapasionamiento. Pero si perseveramos una y otra vez en el intento, el nuevo hábito de "enfriarnos" en lugar de acalorarnos, desviándonos voluntariamente de la respuesta instintiva de la ira, surtirá en nosotros los efectos beneficiosos de una distensión muscular (previniendo contracturas), disminución de la presión sanguínea -y ¡hasta de los niveles de colesterol!- e, incluso, favoreciendo nuestra creatividad al abrirnos hacia una forma de pensamiento divergente.

Por otra parte, hasta es posible que esa actitud de aceptación, escucha y análisis de las opiniones diferentes nos abra una vía hacia la sabiduría...

Al fin y al cabo, no somos tan listos como nos creemos, y los otros puede que sean más inteligentes de lo que pensamos













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