La tecnología, además de liberarnos de tareas tediosas poniendo a nuestra disposición más tiempo para el disfrute personal, multiplica nuestra eficiencia al permitirnos hacer más cosas en menos tiempo. Sí, cada avance tecnológico nos sitúa un poco más cerca del ideal "superhumano" con el que muchos pensadores han venido soñando a lo largo de la historia.
Liberación y eficiencia; para muchos, las notas distintivas de la nueva era cibernética. Liberación para poder ahondar en nuestro verdadero "yo" y eficiencia como resultado de la capacidad de multitarea que las nuevas tecnologías nos ofrecen
Liberación y eficiencia... ¿De veras?
Camino por la acera. Delante de mi van tres muchachas, concentradas, cada una de ellas, en la pantalla de su teléfono móvil. Una está a punto de chocar contra el poste del semáforo; otra trastabilla por el bordillo de la acera hasta recuperar su centro de gravedad en la calzada y la tercera permanece inmóvil, entorpeciendo el paso, mientras ensaya posturas inverosímiles para hacerse un selfie.
La eficiencia no es mucha -al menos a la hora de caminar por la acera en hora punta- a juzgar por los resultados de esta exigua muestra de viandantes tomada al azar.
Voy con retraso; había cola en el puesto donde compro el pan nuestro de cada día, y en casa me esperan para comer. De pronto, me doy cuenta de que he olvidado dar un recado a mi colega. Automáticamente, echo mano a mi móvil y ya estoy a punto de teclear un whatsapp cuando recuerdo la escena previa de las tres chicas. Y yo no quiero actuar como un fanático del teléfono móvil.
Se me ocurre que, ya que tengo el teléfono en la mano, podría comprobar cuántos pasos he dado a lo largo de la jornada; total, eso sólo supone pulsar un icono en la pantalla...
Y, de pronto, caigo en la cuenta de que no llevo en el bolsillo las llaves de casa; se me han debido de quedar en el mostrador del despacho de pan...
Entonces, me viene a la mente una frase leída hace no mucho tiempo: "Nuestro cerebro no está diseñado para hacer varias tareas a la vez. En todo caso, somos capaces de pasar de una tarea a otra, pero atendiendo sólo a una cosa a la vez. Intentar hacer varias cosas al mismo tiempo no es una prueba de una capacidad de multitarea sino un ejemplo de DISPERSIÓN que nos vuelve menos eficientes y más estresados.
Guardo el móvil en el bolsillo. Doy vuelta hacia la panadería. Y, mientras camino, intento -por una vez- centrarme en una sola cosa.
¿Qué es lo que tengo que hacer?
¿Y luego?
¿Y luego?...
El verdadero "mindfulness" consiste en eso, en centrarse en lo que hay que hacer cada vez.
Un principio del "Vivir Constructivo" viene a decir que no hay "tareas sagradas" y "tareas profanas". Toda la vida es "sagrada" y toda acción vital, por lo tanto, lo es igualmente.
La siguiente cuestión que uno debería plantearse a la hora de iniciar una acción sería: "¿Y por qué razón estoy haciendo esto que hago?"
Pero esta cuestión ya nos eleva a la esfera de los VALORES.
Y esos son temas ya muy profundos.
En todo caso, la reflexión de hoy va en la línea de CENTRARSE EN HACER UNA SOLA COSA asegurándonos de que esa cosa la hacemos PORQUE ES IMPORTANTE PARA NOSOTROS y no porque pensemos que es lo que los demás esperan que hagamos...
Así se inicia el camino del verdadero AUTOCONTROL
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