El hombre de la imagen ¿está preocupado? Tal vez. "Preocupado" es una inferencia, no una constatación. Lo único que podemos asegurar es que contempla fijamente un bloque de piedra mientras se acaricia la barbilla. ¿Quizás duda de su capacidad para llevar adelante su obra? Puede ser, pero también podría estar planificando la organización de la tarea que tiene por delante, o, tal vez, esté tratando de recordar algo... En todo caso, me parece que está profundamente "presente en el aquí y ahora". No creo que esté pendiente de su ritmo respiratorio, ni de las sensaciones de su cuerpo, ni de si lo estará haciendo "bien" o "mal". Para él, en su "aquí y ahora", debe de haber cosas mucho más trascendentes de las que ocuparse. Para él, estar presente en el aquí y ahora, es actualizar sus compromisos con su trabajo, con su obra vital. Es reconocer el trayecto que ha recorrido hasta aceptar hacerse cargo de una obra tan importante. Un camino...
Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha buscado la felicidad. En los relatos mitológicos, esta se describía como un estado original que, por culpa de la desobediencia o la arrogancia humana, se perdió. El relato bíblico del Edén, por ejemplo, describe cómo el ser humano fue expulsado del paraíso tras desafiar los límites impuestos por su creador. De forma similar, en la mitología griega, Pandora, la primera mujer creada por los dioses, al abrir la caja que no debía, liberó el sufrimiento y el mal en el mundo, dejando solo la esperanza como consuelo. A partir de entonces, la felicidad dejó de ser un derecho garantizado y se convirtió en una aspiración. A lo largo de la historia, distintas corrientes han intentado desentrañar su naturaleza y ofrecer caminos para alcanzarla. Primero fueron los mitos y las religiones, luego la filosofía y, más recientemente, la ciencia. Cada enfoque ha aportado herramientas diferentes: los mitos dieron lugar a prácticas espirituales como la med...